6 oct 2013

HUMILDEMENTE LIBRE.

             
      Podemos ser fuertes en algunas cosas, pero en otras cosas somos muy pequeños: cuando caemos una y mil veces en lo mismo, cuando no podemos, no sabemos, no somos capaces, cuando aparece ese lado nuestro que no nos gusta  y que tampoco gusta a los otros. Ese lugar donde de verdad somos pobres es un lugar  privilegiado  para  agradecer,  porque  ahí encontramos nuestro sitio real.  Y aceptar nuestro sitio real es fuente de libertad. Cada día liberarnos de nuestra fachada, liberarnos de tener que acertar, cada día hacer lo que podamos, dejando todo en manos de Dios.

      Optar  por  la humildad  es  optar por lo que soy, lo que tengo, agradeciendo todo, lo bueno y lo malo, lo que me alegra y lo que me duele.