“Te digo: si he tenido paciencia y no perdido la
calma, en esto está la verdadera alegría”. (San Francisco)
La vida no
consiste en que las cosas vayan bien ni en que se cumplan expectativas. Esa fue la experiencia de
Francisco que canta siempre a Dios, en la abundancia y en la escasez; en el
éxito y en el fracaso. En el Cántico de las Criaturas canta al hermano sol
cuando la luz del sol le quemaba los ojos haciéndole daño; y Francisco canta la
vida cuando se siente vencido por varias enfermedades a la vez y canta a la
muerte como hermana, cuando la ve venir como inminente e inevitable.
Esta
es la esperanza según Francisco: ese equilibrio, difícil, de mantener el optimismo en la frustración,
cuando las cosas no salen a la medida de nuestras expectativas, en el fracaso,
en la impotencia.
Cfr. Carta
de Asís #18