Es por esta razón
que la gente seguía a Jesús, porque era el Buen Pastor. No era ni un fariseo
casuístico moralista, ni un saduceo que hacía negocios sucios con los políticos
y los poderosos, ni un guerrillero que buscase la liberación política de su pueblo,
ni un contemplativo del monasterio. ¡Él era un pastor! Un pastor que hablaba la
lengua de su pueblo, lo entendían, decía la verdad, las cosas de Dios: ¡no
negociaba nunca las cosas de Dios! Sino que las decía de tal manera, que la
gente amaba las cosas de Dios. Por esto lo seguían”
Papa Francisco