20 abr 2015

UNA APUESTA LUCIDA


 “Los hermanos no tenga dominio, y menos entre ellos. Pues, como dice el Señor en el Evangelio, los príncipes de los pueblos se enseñorean de ellos y los que son mayores ejercen el poder en ellos; no será así entre los hermanos; y todo el que quiera hacerse mayor entre ellos, sea su ministro y siervo y el que es mayor entre ellos, hágase  menor”  (Francisco de Asís)

La minoridad  es un estilo de vida, un modo de ser y de situarse ante la vida y la creación, ante uno mismo, ante los demás y ante Dios.

La minoridad franciscana, que brota de la mirada amorosa a Jesús, el siervo y servidor, consiste en optar y saber mantenerse en esa actitud de servicio desde abajo y a los de abajo, sin juzgar nunca a nadie, libres del ansia del sobresalir, del tener y del poder.

Esa fue la apuesta lúcida y decidida de Francisco en un contexto social de ambición y poder, y esa sigue siendo la propuesta franciscana hoy para poder salir de ese cerco diabólico hecho de una ambición que lo traga todo, de esa adicción a tener y sobresalir y de esa ansia de poder que nos aprisiona hoy.