«No seáis nunca hombres, mujeres
tristes: un cristiano jamás puede serlo. Nunca os dejéis vencer por el
desánimo. Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de
haber encontrado a una persona, Jesús (…). No os dejéis robar la esperanza».
Francisco, Homilía (24.III.2013)