“Esta es la lógica
de la fe: somos perfectamente conscientes de lo que sucede alrededor nuestro,
pero en nuestro corazón reina la seguridad que la fe nos da la fuerza de
resistir soñando un mundo más bello y, sobre todo, creándolo desde ahora con
nuestras manos”.
“Desde que llegué
,comenta el hermano, he entendido mi servicio como un servicio para abrir
puertas, más aún, abrir ‘la puerta’ de la misericordia de Dios a todos aquellos
que sufren (...) No me importa morir mañana (…). Me da mucho miedo la idea de
no estar disponible a dar todo lo que tengo a las personas que tocan a nuestras
puertas”.
(Fr Ibrahim
Alsabah, franciscano, párroco de la iglesia de San Francisco en Alepo)