27 may 2017

Los franciscanos a NUESTROS HERMANOS MUSULMANES

   
     A nuestros hermanos y hermanas Musulmanes en todo el mundo:

         As-salaamu ‘alaykum! ¡Paz a todos!

         En nombre de los Hermanos Menores, nos complace expresarles nuestro saludo al comienzo de la celebración del Ramadán, un mes dedicado al ayuno, la oración y la limosna, honrando a Dios  (swt) y a la revelación del Glorioso Corán.

         Los frailes franciscanos y las personas Musulmanas tenemos una historia en común que se remonta a casi ochocientos años, empezando por nuestro fundador San Francisco de Asís. Los hermanos seguimos inspirándonos en el encuentro de san Francisco y el sultán al-Malik al-Kamil en 1219, un encuentro basado en la Paz, la admiración mutua y el respeto. Con éste espíritu los saludamos.


         Durante este mes sagrado del Ramadán, los animamos y los apoyamos en su rigoroso ayuno. El ayuno es una práctica prescrita a todos los hijos de Abraham (¡sobre El sea la Paz!) en nuestros respectivos libros sagrados. Como religiosos en la Iglesia Católica, los frailes practicamos el ayuno durante la temporada de la Cuaresma, que antecede a nuestra celebración de la Pascua, siguiendo el ejemplo de Jesús (¡sobre Él sea la paz!) quien ayunó durante cuarenta días (Lc 4,2).

         El ayuno que ustedes emprenden ahora es  un poderoso signo de su compromiso con la fe y de su obediencia a Dios (swt) así como está escrito en el Glorioso Corán (al-Baqara 183): “llegarás a ser más justo”, y podrás glorificar a Dios y ser agradecido (al-Baqara 185). Su ayuno expresa nuestra hambre y sedcomunes por una relación más íntima con Dios (swt), para la fe, el perdón, la justicia y la Paz.

         El papa Francisco ha hablado a menudo de la unión entre el ayuno, la oración y la Paz. En el primer año de su pontificado, el 7 de septiembre de 2013, llamó a todos los creyentes del mundo a ayunar y a orar por la Paz en Siria, en Oriente Medio y en todo el orbe terrestre. Este día fue elegido para que coincidiera con la celebración del nacimiento de María, a la que tanto los Cristianos como los Musulmanes honran como la madre de Jesús. Los Cristianos Católicos la llamamos “Reina de la Paz”.

         Hoy en día, los Musulmanes y los Cristianos de todo el mundo sufren discriminación, persecución, guerra y violencia. Como miembros de las dos religiones mayores a nivel mundial, estamos llamados, como hermanos y hermanas en Abraham (¡sobre él sea la paz!) a unir nuestras manos y corazones para construir un mundo de Paz y justicia.

         Al romper el ayuno al final de cada día del Ramadán, expresan ustedes su valor de comunidad compartida, de reunirse alrededor de la comida. Alimento que se comparte con todos para que cada uno puedan beneficiarse de la bondad generosa de la creación de Dios ‘Iftar, compartida con todos. Esto demuestra vívidamente lo que el Papa Francisco escribió en su encíclica sobre la Creación:

         “Necesitamos fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos, y por eso mismo tampoco hay espacio para la globalización de la indiferencia” (Laudato si’ 52).

         Durante este mes, además del ayuno, muchos de ustedes también practicarán el deber religioso de zakah,la caridad o limosna  que se da para el cuidado de los necesitados. Al igual que con el ayuno, el cuidado de los pobres confiado sobre todos los hijos de Abraham es una preocupación constante de todos los profetas de Dios (¡sobre ellos sea la Paz!). En los Salmos de David (¡Sobre él sea la Paz!), allí leemos:

         “Defiendan al débil y al huérfano, hagan justicia al humilde y al necesitado” (Sal 82,3).

         Jesús (¡Sobre Él sea la Paz!) dice en el Nuevo Testamento:

         “Sin embargo, den limosna lo que pueden, y sin más todo será limpio para ustedes” (Lc 11,41)

         Hoy, más de 740 millones de personas en el mundo viven en pobreza extrema[1], La mayoría de estas personas viven en África y Asia, en países habitados por Musulmanes y Cristianos. La pobreza no es un problema sectario; Es un problema humano en el que compartimos la responsabilidad por todos, independientemente de su religión, raza, origen étnico y país de origen.

         Ustedes se consagran, durante el periodo del Ramadán, a la oración con especial atención y frecuencia, superando la práctica de las cinco oraciones diarias. Los hermanos franciscanos, como hombres de oración diaria, valorizamos mucho la gran devoción con que nuestros hermanos y hermanas Musulmanes se acercan a la oración. El papa Francisco nos recordó recientemente, al citar al gran teólogo cristiano san Agustín, que el ayuno y la limosna son “las dos alas de la oración“, porque son signos de humildad y caridad. (Homilía Miércoles de Ceniza, 2017)

         Sobre todo, el mes de Ramadán es el tiempo en que ustedes celebran la revelación del Corán. Como “Pueblo del Libro”, nosotros también reconocemos que Dios (swt) se comunica con la humanidad en Su Palabra revelada a los profetas (¡sobre ellos sea la Paz!). Durante más de mil cuatrocientos años, el Glorioso Corán ha servido de fundamento a la vida Musulmana en muchas culturas y países, y ha engendrado gran devoción, erudición y eminentes obras de arte y arquitectura. ¡Que continúe inspirando grandes y santas acciones y obras!

         ¡Todos los franciscanos del mundo les deseamos un muy bendecido Ramadan Mubarak! Ramadan Kareem