Durante
el curso nos instalamos en lo de siempre,
y ahora ha llegado el verano con su
novedad, cambio de rutinas, ritmos y tal vez incluso de
preocupaciones. Y todo ello nos brinda la posibilidad de recuperar la atención por las cosas que normalmente
están arrinconadas por la prisa y la tarea.
Al terminar el
curso, como que es natural echar la vista atrás y reveer el camino hecho, pero
aquí lo realmente importante es valorar
las cosas que van suponiendo crecimiento, despliegue, crecimiento...
Es tiempo para agradecer
tanto y a tantos!
"Bienaventurados los limpios de corazón
porque ellos verán a Dios (y lo de Dios) ..." (Mt 5,8)