La pequeña
capilla, estuvo tan en el corazón de Francisco que hoy es para toda la Familia
Franciscana la evocación de los orígenes y el encuentro con nuestras raíces.
La Porciúncula es
para Francisco donde descubre el querer de Dios sobre su vidas. "Si
quieres ser feliz, vende lo que tienes...nada lleves para el camino; que yo sea
tu suficiencia, carga con tu cruz y sígueme."
A la Porciúncula
volvemos cada dos de agosto a reoir su llamada. El camino es largo y no está privado
de dificultades, pero al final esencialmente habrá bendición