La experiencia evangélica de Francisco y
Clara de Asís hizo que Juan Pablo II escogiese Asís para llevar a cabo el año
86’ el encuentro de los líderes
religiosos del mundo para orar por la paz. De este gesto surgió lo que
conocemos como el Espíritu de Asís.
El mensaje de Francisco y Clara se puede
sintetizar “en tres palabras
evangélicamente actuales: pobreza, paz y oración. (…) pobreza y paz
…constituyen dos exigencias del mensaje de Cristo, válido más que nunca para el
mundo de hoy. (…) la pobreza evangélica es la fuente de la paz.” (J. Pablo II)
Los nuevos tiempos no surgirán si no se
tiene la osadía de ser pobres, para ser libres y entrar en el “claustro” de la
pobreza, para entender de un modo nuevo los “secretos de las cosas” y su gozosa
respuesta a las necesidades de las personas.