La guerra ha
remitido pero la situación es muy precaria y todo es una gran incertidumbre. La
guerra también ha dejado su huella en los hermanos pero se han mantenido fieles
a la comunidad cristiana Libia permaneciendo con ellos hasta el final. Su vida es una vida de testimonio silencioso de los valores del
Evangelio y de asistencia espiritual y pastoral de las comunidades cristianas
que forman el Cuerpo de Cristo en el mundo libio.